ESCUCHA TU SON

Martes, 21/09/2021
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Desde el primer minuto en el que la alarma nos despierta, hasta el último que pone fin a la jornada con el bostezo antes de dormir, son miles de sonidos, palabras, ruidos, músicas, voces, silencios los que llegan a nuestros oídos.

ESCUCHAR-me, ESCUCHAR-te, ESCUCHAR-nos

¡No es lo mismo oír que escuchar! –me han dicho repetidamente–.

Acostumbrados al reloj que tenemos sobre la mesilla de nuestra habitación, por más volumen que le pongamos, cuando suena por la mañana, no alcanzamos más que a oír la alarma –algunos ni tan siquiera eso, pues necesitan dos o tres más–. Tal vez, si seleccionamos alguna melodía que nos guste, alcanzamos a oírla con agrado, manteniéndonos en un duermevela apacible, hasta que nos decidimos a despegarnos de las sábanas.

Será después de la ducha, del desayuno o del primer café cuando venga la escucha. Entonces, percibimos cómo se activan en nosotros todos los dispositivos que nos llevan a tomar conciencia de que los sonidos anuncian el despertar de la naturaleza tras nuestras ventanas; que las palabras nos refieren noticias de la actualidad; que tras los ruidos hay vehículos moviéndose por nuestra calle; que la música aviva emociones que nos animan interiormente de camino al colegio; y que las voces son saludos de personas que con cariño nos desean disfrutar del día.

La Vida, y Dios en Ella, se hace eco y habla dentro ti, en mí y en el nosotros que nos aúna como hermanos, amigos y compañeros.

¿Alcanzas a escuchar la Vida que llega hasta ti?

Necesitas estar conectados, que es más que tener un móvil con datos ilimitados.

Aprender a escuchar implica adquirir la destreza de permanecer conectado con la Vida.

Acudir al colegio cada mañana, acompañarte de amigos y compañeros, confiarte al saber de los profesores y saludar al personal del centro, te adentrará en la escucha de la Vida.

La escucha te sumergirá en el conocimiento y te introducirá en la entraña de la Vida. Este camino te brindará oportunidades para descifrar enigmas, desvelar fakenews, apreciar lo bueno y buscar la verdad.

Soy yo quien necesita estar conectado. La Vida es quien me llama: la naturaleza pide ser escuchada, la humanidad ruega ser atendida, la propia persona espera que se le preste atención.

Como notas musicales escritas sobre un pentagrama, podré reconocer de forma concreta que la Vida viene a mí; me daré cuenta despierta mi atención; y aprenderemos a bailar a su ritmo con tantos otros.

ATENDER, DISCENIR, ELEGIR

Esta mañana me despierta una canción, conectándome a su ritmo y, aunque mi cuerpo se resiste a saltar de la cama, no me deja dormido, sino que enseguida me lleva a la Vida:

«Hay momentos para todo pero nunca todos van a estar ahí en cualquier momento. Si tan solo esperas a que las cosas sucedan tan solo sucede el tiempo. He perdido más por no hacer nada que mirando cómo se pierde el intento.» (Beret y Melendi, “Desde cero”)

Aprender a escuchar mi corazón y atender lo que llega hasta él, me lleva a emprender la bella aventura de dejar y hacer crecer la Vida en mí, para que Dios me enseñe el “nosotros”

Escucha el son del mundo

Queremos hacernos eco de los sonidos de nuestros barrios, del mundo,... muchos de los sonidos que escuchamos cada día. Algunos sonidos los elegimos, otros no. Algunos son cercanos, otros vienen de lejos y a veces tratamos de no escucharlos... porque no nos resultan familiares. Nos hablan en otros idiomas, con otras creencias, con otras coordenadas vitales.

Son sonidos que llegan silenciosos, porque saben que a veces no son bienvenidos. Son sonidos de agua y mar, pero también de cayuco, de ahogo,... sonidos que se convierten en silencio. También hay sonidos de avión, de carretera, de largas caminatas…sonidos que están en nuestro barrio, sonidos que, cuando la situación es irregular, se convierten en susurros, pero que, cuando suenan, son tan hermosos, con tanta música que hacer sonar, y con tanto que contarnos y escuchar...

                    

Nuestras comunidades son expertas en humanidad, por eso nuestra puerta ha de permanecer abierta, nuestra vida acogedora, nuestros oídos atentos y nuestros sonidos fusionandose... permitiendo a la vida crear sonidos nuevos, libres de barreras y fronteras, sonidos de amor y de paz.

Escucha el son de tu barrio porque es el son del mundo. Ahora le escucho, le entiendo y le creo: YO SOY LA VERDAD.

«Jesús responde: “Yo soy el camino y la verdad y la vida… Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces?”» (Evangelio según san Juan 14,6.9)

Todo tiene que estar apunto.

Prepara tu dispositivo (que eres tú mismo). Conecta tus auriculares (que son Dios y el mundo). Y percibe las notas musicales que te regalan. ¿Estás dispuesto a ser música para otros?

Bienvenido a este curso 2021-2022. Bienvenido a “Escuchar tu son”. Bienvenido a elegir qué ritmo marca tu vida. Saborea la clave con la que compones tu melodía. Y no tengas miedo de dar la nota: queremos que las notas de todas las canciones se oigan y sean escuchadas.