ARRIBA LOS CORAZONES

Viernes, 25/09/2020
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DESPERTAR, APRENDER, RECREAR

Nunca, antes, pensamos que el mundo se pudiera parar.

La suspensión de clases. El cierre de los colegios. La interrupción de los trabajos… Con la velocidad de un rayo, #Yomequedoencasa fue reescribiéndose en nuestros mensajes, tweets, historias. Mientras, paraba nuestro ritmo más cotidiano. Dejamos de quedar con los amigos, cancelamos reuniones, citas y pruebas, suspendimos celebraciones y viajes.

¿Llegaste, antes, a imaginar que estas cosas pudiesen suceder?

#Yomequedoencasa, no por capricho, ni comodidad, ni disgusto, ni castigo… Esta vez por obligación, deber y cumplimiento de cuidarnos a nosotros mismos y a todos los demás. Y así ocurrió: confinados en nuestros mundos.

Nuestra resistencia a permanecer parados y encerrados es la que nos ha hecho despertar a nuestro mundo, aprender a aprender, recrear los espacios y las relaciones con los demás y con nosotros mismos. Viendo amenazada la vida por una pandemia que se ha colado por todos los rincones del planeta, nuestra mirada ha visto la entrega de muchas personas comprometidas en cuidar, curar, salvar y acompañar tanta vida lastimada.

Apremiados a dejar nuestros coles, aulas, pasillos y patios, nuestro compromiso ha avivado el entusiasmo por aprender otros caminos para acompañar a los niños, los adolescentes y las familias en la preciosa labor educativa. Forzados a vivir encerrados en nuestras casas, nuestra imaginación ha convertido cada rincón del hogar en lugares de estudio, trabajo, diálogo, escucha, silencio, tranquilidad y divertimento; aunque a veces no ha sido nada fácil.

Impedidos para acercarnos y abrazarnos entre amigos, nuestro corazón ha acrecentado los sentimientos de estima, aprecio, cariño, agradecimiento y compasión impulsándonos a juntarnos en los balcones para aplaudir con emoción tanto amor regalado.

Al haber parado y vernos encerrados hemos contemplado lo que somos.

Resistiéndonos a paralizar nuestro ritmo de vida, saltamos nuestras limitaciones dinamizando y aprendimos a movernos con entusiasmo y esperanza. Queda en nosotros el impulso de alzarnos en este deseo: ¡Arriba los corazones!

Cada tarde, desde la primera que comenzamos a quedar a las 8 para salir a los balcones, nos sentimos celebrando la Vida, día tras día. ¿Qué diferente está siendo este año 2020 para todos? Celebrar y rememorar todo, con la consigna #quedateencasa, en la intimidad del hogar, con los míos. Porque este “encerramiento” obligado, no ha podido con nuestras ganas de salir y reunirnos para festejar la Vida.

Junto con la sorpresa y el asombro, al ver que éramos tantos los que nos juntábamos y acompañábamos con aplausos a sanitarios, equipos de emergencia y seguridad, personal de servicios, educadores …, el recuerdo de una Palabra venía a mi memoria:

«¿Entendéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis maestro y señor, y decís bien. Pues si yo, que soy maestro y señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros mutuamente los pies. Os he dado ejemplo para que hagáis lo mismo que yo he hecho.» Jn 13, 13b-15.

Ahora comprendemos, que Jesús lleva días partiéndose y repartiendo para llegar a todos. Nosotros llevamos meses re-viviendo en Jueves Santo: uniéndonos en un #AplausoColectivo para agradecer la entrega, parando al coronavirus al ayudar a quien pide #meprestasunpoco, poniendo #fuerzaycoraje en el trabajo, fortaleciendo nuestro sentido de #ciudadaniaglobal y apertura a todo el mundo, apostando por #LaFuerzaDeLaSolidaridad, caminando con ese espíritu de justicia y solidaridad que @ymisioncmf nos contagia, deseando acoger profundamente #TantoBien y disponernos a conocer, amar, servir y alabar a Dios en la Vida que nos regala.

Ahora toca ponerse a caminar. Consciente de comenzar un nuevo curso, saldré a la anormal normalidad. Sabedor de que bendecido con tanta Vida contagiaré, propagaré, transmitirá e ilusionaré a otros con lo gratis recibo, para regalarlo gratuitamente.

¡Arriba los corazones! Caminemos juntos.

Ahora le escucho, le entiendo y le creo: YO SOY EL CAMINO

“Así que gracias por estar, por tu amistad y tu compañía. Eres lo… lo mejor, que me ha dado la Vida”. (Jarabe de Palo, Eso que tú me das)

«Baja a Dios de las nubes, llévale a la fábrica donde trabajas. Quita a Dios del retablo y grábale en tu corazón. Roba a Dios de los templos, donde le encerramos hace tantos años. ¡Déjale libre en las plazas, llévale al mercado del pueblo! Porque Dios no es un Dios muerto y si pensáis que está muerto: equivocados, equivocados estáis» (Luis Alfredo, ¡Baja a Dios de las nubes!)